Una empresa no puede ser socialmente responsable si sus mecanismos de gobierno no combaten prácticas nocivas como la corrupción, la evasión impositiva o la ausencia de paridad de género en órganos de poder. Al mismo tiempo, las compañías están obligadas a comunicarse con la sociedad a través de estrategias que, reflejando sus compromisos sociales y medioambientales, no incurran en promover “buenas prácticas inexistentes” (greenwashing). En este módulo, se repasarán los últimos avances registrados tanto en materia de inclusión de criterios de responsabilidad social en los procesos de tomas de decisiones corporativas como en el terreno de la “comunicación responsable”. También, se hará mención de los desafíos que a mediano y largo plazo enfrenta la gestión de la RSC.